Nallely de León
Hoy en día las campañas políticas han generado un mayor peso en la era digital, pues desde que la pandemia por Covid-19 se hizo presente, los cambios en cuanto a formas de vivir y actuar han afectado todos los sectores.
Las limitantes en cuanto a aglomeraciones y contacto directo con la gente han sido cambiadas por las nuevas campañas digitales, lo cual para algunos candidatos representa un cambio al que apenas logran acostumbrase.
Hay quienes complementan la actividad digital con la presencial a manera de estrategia, y como una forma de hacer frente a esta “transición” obligada.
El consumo de propaganda política ya no es lo que era antes, pues de lonas, volantes y stickers, entre otras cosas, pasamos al consumo digital, donde la mayor parte de la población es quien monitorea casi todas y cada una de las actividades de las y los candidatos a los distintos cargos de elección popular.
Los electores ya no se limitan a posters y panfletos, ahora todo va más allá, el consumismo digital en la práctica político-electoral, puede interpretarse también como el hecho de estar en zona de confort, ya que de esa manera los candidatos disminuyen su recorrido por barrios y colonias para pedir el voto de manera presencial, haciéndolo ahora en medios digitales.
El presupuesto para campañas electorales, no es el mismo para todos los candidatos y partidos políticos, por lo que la actividad digital pudiera ser de gran ayuda y realce para quienes cuentan con “poco dinero” para llevarlas a cabo.
Factores como prensa escrita, radio y televisión han sido de suma importancia durante los sexenios anteriores; sin embargo, esto también forma parte del presupuesto de campañas, por lo que la tecnología y la experiencia en el manejo de medios digitales también puede ser considerada una estrategia de bajo costo y gran utilidad para fines de publicidad.
Esto es, en definitiva, el peculiar escenario en el que se encuentran los actuales candidatos a causa del Covid-19, que los ha orillado a apostar por estas ahora tan necesarias herramientas tecnológicas de redes sociodigitales, así como a su creatividad y empeño para llegar a los ciudadanos, quienes al final del día tienen la última palabra, que será depositada en las urnas.