Por: Jenny González Arenas.
Cuando las personas que llegan al poder se olvidan por completo que alguna vez fueron parte de las bases trabajadoras o bien, cuando esa persona que llega al poder lo obtuvo directo, sin pasar las penurias que pasan los que empiezan desde abajo, entonces la empatía es la gran ausente en la ecuación autoridad - servidor público.
Para muestra, un botón, o como diría Peña, menos, como cinco.
Primero la falta de empatía de David Monreal que nunca en su vida a desempeñado un empleo que le implique sacrificio, esfuerzo y depender de una nómina, el vive de ser político, del erario público, por eso no sabe lo que sienten los maestros al tener más de un mes sin recibir su salario, por el cual ya trabajaron.
Segundo, la falta de empatía de la secretaría de educación ante las manifestaciones de los docentes, porque piensan que se manifiestan por revoltosos; qué poco conocen las necesidades de la base trabajadora y de las precariedades en las que muchos tienen que desempeñar sus actividades docentes. Nunca será lo mismo ser secretaria de educación y estar sentada detrás de un escritorio en una cómoda oficina que estar viviendo fuera de tu hogar porque tu plaza está en una comunidad alejada en una escuela multinivel en donde es la misma población quien apoya para que tengas un lugar donde vivir, pero los titulares de la SEC no lo saben porque no lo han vivido. De ahí su falta de empatía.
Tercero, la amenaza a los docentes federales que si se suman a la movilización de los docentes estatales será descontado el día. El paro laboral no es un capricho, es un derecho y no se necesita de la autorización del patrón para ejercer ese derecho y si el patrón osa descontarles el día a los paristas, sobrarán abogados dispuestos a defender sus derechos laborales.
Cuarto, la sociedad, la apatía de todos nosotros como sociedad, que no nos damos cuenta de lo mucho que nos afecta que una gran cantidad de familias zacatecanas que dependen de la nómina magisterial no tengan su salario desde hace ya más de un mes. A todos nos afecta, a los niños que no pueden recibir educación, a los dueños de tiendas y papelerías cuya economía depende de las escuelas que están cerradas, el transporte público, que moviliza a familias y estudiantes que ahora se detienen porque no hay escuelas. Y eso sin pensar en los hijos de los docentes, en las familias que dependen de ellos, en las necesidades básicas de vivienda, alimentación, calzado, etc., que no se están atendiendo porque no hay un ingreso en el hogar.
Quinto, y este es un llamado a mis compañeros universitarios, la apatía de la universidad pública, del sector docente y administrativo, como si fuera un problema lejano que no nos afecta, los universitarios debemos ser ejemplo de empatía, debemos estar comprometidos con la sociedad, más aún si quien está sufriendo las consecuencias del mal gobierno son compañeros docentes de otros niveles educativos, porque esos niños que hoy no reciben educación básica o media serán nuestros estudiantes en nivel superior y seremos nosotros quienes daremos testimonio de lo que impactará negativamente en su futuro lo que hoy están perdiendo.
El peor mal que ha sufrido Zacatecas no ha sido el mal manejo de la pandemia, lo es el mal gobierno que ahora deja en la indefensión a los docentes zacatecanos y a los jubilados, personas que dependen directamente de su salario y de su pensión. Empatía es lo que necesitamos todos, porque los niños necesitan de sus maestros, pero los docentes necesitan del apoyo de todos para poder regresar a las aulas.